Buenos Aires no trasmite, el Interior no es transmitido

Los máximos de la Capital, negados al simulcasting de las grandes galas del turf provincial, no sólo anulan el mercado interno, sino también al progreso de esos escenarios mediante un plan a nivel nacional

Los grandes festivales de música en el mundo apuestan a una fórmula que funcionó desde los orígenes: bandas grandes que llenen las instalaciones y, a su vez, alimenten de público a las formaciones nuevas. El turf, en sus grandes galas mundiales, desde hace tiempo que promulgan algo similar, donde un evento magno es acompañado por parecidos o menores por ese conocido efecto contagio.

Un buen caballo es un buen caballo acá y en China. Un buen caballo es un imán para la afición, amén del efecto contagio para el resto de la reunión. Un buen caballo hace que una carrera, cualquiera sea su escalafón, tome otra dimensión. En el mundo un buen caballo es el eje de la publicidad, del marketing, del éxito. También, un buen caballo en el propio o en el ajeno alimenta a los terceros en el sueño de tener un buen caballo. Pero el buen caballo no puede solo. El buen caballo debe ser apoyado, llevado, acompañado.

En Argentina, cuando un buen caballo nace en Buenos Aires y es trasladado al Interior del país no hay otra manera que llegar al suceso deportivo y económico que regresando a la latitud donde nació. Es más, ese buen caballo no es conocido por el turf nacional si no compite en Palermo, San Isidro o La Plata. Y cuando estos no se preocupan, entonces no hay buen caballo que genere ese efecto que la hípica necesita para volver a los ámbitos de popularidad que gozó hace décadas.

La razón del desconocimiento porteño y bonaerense de los buenos caballos que hay en el Interior del país es la negativa a un simulcasting serio. En todas las canchas importantes del país hay una gran competencia. Y al lado de esas grandes competencias, alguna otra menor donde ese buen caballo cobra relevancia. Sin carreras oficiales, entonces están a la deriva de ese viaje. La relevancia se confunde en madurez cuando sí o sí en los máximos se concreta algún valor. 

La cadena de la afición no es bendecida por estos días. A excepción de alguna prueba menor en Tandil, Azul o Rosario, la frecuencia es vacía. El domingo asoma San Luis, al tiempo que muy de vez en cuando Tucumán golpea las puertas a la decidía con un apareo que atraiga.La Copa UTTA pasó a la lista negra, al igual que cualquier eventualidad que parta de la Unión de Trabajadores del Turf y Afines. Entonces, pese a ese apoyo virtual por gremios y asociaciones, el simulcasting federal ni existe ni es productivo.

Buenos Aires no transmite interés. Por ende, el Interior no es transmitido. Beside the Point, ese caballo que arrancó en los máximos, se consagró en el Interior y, por su lauro de handicap en San Isidro, se creyó dar un salto cuando en realidad ya lo había dado, el último domingo dio un espectáculo en Rosario. Mientras tanto, en La Plata, la oferta era mínima. El próximo domingo el descendiente de Incurable Optimist estará en Santa Fe. Al mismo tiempo, en San Isidro, partiendo de la exclusión, no se tendrá noticias sobre las alternativas. Y así con muchos caballos buenos. Los que palpitan en las tribunas, los que pueden dar un soplo de aires fresco. 

Sin noticias de nada, la nada misma. Sin noticias de nada, camino a la nada misma, con un mapa que oscurece tanto como los objetivos de quienes deberían dar luz de cambio, pero se obstinan en los cortocircuitos.